El Campeonato de España de Pádel ha dado pie esta semana al enésimo episodio de desigualdad económica por razón de sexo en el deporte, en este caso a cuenta de las primas ofrecidas a varios de los más cotizados nombres del cuadro masculino para que participasen en la competición, al margen de los premios oficiales.
La abrumadora mayoría de jugadoras, al enterarse, optó por no participar en el acontecimiento, que tendría que haber arrancado esta semana en el Wizink Center de Madrid.
De 58 parejas femeninas inscritas, solo quedan siete, que posiblemente acaben por renunciar también, según la federación española. "Lo han hecho por el futuro, para que esto no se vuelva a repetir", señala tras el incendio José Carlos Bouzas, abogado de la Asociación de Jugadoras Profesionales de Pádel, que representa a aquellas que participan en el circuito internacional.
El Campeonato de España depende de la Federación Española de Pádel y, como tal, no forma parte del circuito privado, más lucrativo y prestigioso, donde las mayores cifras de audiencia de los encuentros masculinos son determinantes a la hora de determinar quién cobra más. Aun así, últimamente estaba ganando reconocimiento, sobre todo tras la edición récord de 2020, en la que participaron 218 parejas de ambos sexos, casi el triple que el año previo. La competición tenía además el prurito de ser la más igualitaria. Las recompensas para hombres y mujeres eran las mismas, en función exclusivamente de los resultados.
La federación, que no tiene el mismo músculo en el pádel que en otros deportes, subcontrata la organización del campeonato, asumida este año por segunda edición consecutiva por Urban Event, sociedad vinculada al exjugador Pedro San Román. Había 30.000 euros para el cuadro de hombres y otros tantos para el de mujeres. Pero con un calendario deportivo apretado tras el fin del coronavirus, los primeros de la clasificación masculina amenazaban con no presentarse, pensando en reservarse para otros encuentros, y la empresa trató de convencerlos con primas. Cuando el asunto llegó a oídos de las mujeres, sucedió el plante.
La decisión se hizo pública el pasado sábado a través de un comunicado en Twitter, en el que las afectadas señalaron que los pagos extraoficiales resultaban "una falta de respeto y consideración" y resultaban "ajenos a los valores y principios del deporte". La nota la avalaron nombres de éxito en el circuito como Gemma Triay, Alejandra Salazar, Patty Llaguno, Lucía Sainz, Delfina Brea o Nuria Rodríguez.
"Era un desprecio inasumible", declaró Llaguno a ABC. El abogado de la asociación de jugadoras indica que la decisión se tomó tras dos votaciones a través de un grupo de WhatsApp; la segunda, después del intento de la empresa organizadora de ofrecer el mismo bonus a las mejor clasificadas que se había asignado a los hombres. "No puede ser que, si a mí también me pagan, me calle la boca", explica Bouzas sobre esta segunda negativa. Para entonces, el presidente de la Federación, Ramón Morcillo, ya había salido corriendo para Córdoba, donde el fin de semana se jugaba un abierto con presencia de las mejores jugadoras. Intentó convencerlas de que encajasen la humillación, por el bien del deporte. Pedro San Román pidió perdón y ofreció su dimisión. Fue un "error", admitió. Las deportistas no estaban ya para enmiendas, aunque alguna jugadora de menor rango ha criticado la decisión por su premura.
"Esto no va a volver a pasar", dice la federación
La federación señaló, y las jugadoras aceptaron, que la decisión le fue totalmente ajena y responsabilidad exclusiva de la empresa organizadora. "Esto no va a volver a pasar", asegura un portavoz federativo, que duda de que la compañía vuelva a organizar el evento. "Las jugadoras están cansadas de tener siempre un trato diferente. No había ninguna otra prueba en la que jugasen con los mismos premios, y han aprovechado para poner de manifiesto su hartazgo", añade.
De fondo está la situación de cada vez más deportes, en los que el calendario de las competiciones profesionales lo determinan patrocinadores privados. En el tenis, por ejemplo, trascendió hoy mismo que Garbiñe Muguruza y Paula Badosa, las mejores jugadoras españolas, no participarán en la fase final de la copa de selecciones porque tiene partidos de la gira internacional la semana siguiente.
El abogado de las jugadoras señala que, en una disciplina aún minoritaria como es el pádel, renunciar a un campeonato de España supone un sacrificio. "Para muchas de ellas su ilusión era participar. Este año se iba a dar por televisión, y era en el Wizink. Pero llega un momento en que hay que decir basta", defiende. Los efectos ya se han empezado a notar: Cervezas La Virgen, uno de los patrocinadores del campeonato, anunció el martes por la tarde que le retira su apoyo.
Fuente: eldiario.es