Después de unos años ausente, y tras un primer intento que, pese a los esfuerzos de todas las partes, no acabo de convencer, este enero de 2022 el pádel tenía que regresar a ISPO. Con la práctica disparada en muchos mercados europeos -por fin-, la presencia de este deporte en ISPO parecía un nuevo punto de inflexión para consolidar este segmento a nivel internacional. Pero los planes de ISPO han cambiado las cosas. Las han retrasado, porque los organizadores del encuentro han decidido, dos meses antes de su celebración, retrasar ISPO Munich a finales de noviembre.
Los motivos de este cambio responden a varios aspectos, pero sobre todo a los problemas que está provocando la falta de suministros y, también, a una redefinición de la filosofía de ISPO, que ahora, además de abrirse al consumidor final, se programa en unas fechas nuevas con la idea de que tanto marcas como, sobre todo, detallistas, pueden a la vez conocer el sellin y el sellout. Si quieren más detalles, pueden leer el comunicado de ISPO en este enlace.
Los máximos responsables del salón no han explicado nada respecto a cómo afecta este cambio al Padel Village, pero en principio la idea se mantiene. Con el mismo formato (stands de las marcas y pista de exhibiciones/test). Otro tema es si a los expositores, muchos de los cuales, obviamente, ya estaban confirmados, les encajará el cambio. Imaginamos que, estando el pádel como está, en plena efervescencia y con un potencial muy grande, las fechas serán lo de menos y el pádel, por fin, volverá a ISPO para seguir creciendo.
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