El crecimiento del pádel como deporte -con su circuito profesional-, y las empresas que orbitan a su alrededor, está facilitando el desarrollo de una industria especializada que ha visto multiplicarse los negocios durante los últimos años.
El pádel no solo gana practicantes cada día que pasa, rebasando a su hermano de raqueta -el tenis-, contando con 96.872 licencias registradas al cierre del año 2021 frente a las 80.318 que contabilizaba el tenis español en septiembre de ese mismo año, sino que también se ha revelado como un elemento fundamental para la industria local.
Es el caso de compañías como StarVie, el fabricante de palas con sede en Azuqueca de Henares (Guadalajara) que ha pasado de fabricar 1.000 al mes en 2015 a multiplicar ese dato por diez, para totalizar 120.000 palas previstas para este año 2022, según informan fuentes del WPT.
Otra de las referencias del sector en cuanto a palas, pero también otros productos, Bullpadel, superando en este año la cota de los 30 millones de euros de facturación pese a la pandemia.
Casos similares son los del también fabricante de palas Nox, el constructor de pistas PadelGalis o la plataforma de comercio electrónico Padel Nuestro, con crecimientos de su facturación del 124%, el 138% y el 253%, entre 2016 y 2020.
Estas compañías, y otras muchas, se han unido en el Clúster Internacional del Pádel (CIP), una organización con sede en Sant Quirze del Vallès (Barcelona) que tiene como objetivos defender los intereses del sector, promover la práctica del pádel y fomentar su internacionalización.
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